Hacia una Ética Intercultural en la Investigación Psicodélica: Principios desde la Medicina Tradicional Indígena
- info8387566
- 1 abr
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El resurgimiento del interés occidental en las sustancias psicodélicas ha estado acompañado de controversias sobre apropiación cultural, exclusión de comunidades indígenas y la mercantilización de saberes ancestrales. Frente a ello, un grupo de investigadorxs, sanadorxs y líderes indígenas de diversas partes del mundo propuso una serie de principios éticos para orientar la investigación y la práctica psicodélica occidental, con base en la medicina tradicional indígena.
Publicado en The Lancet Regional Health - Americas (Celidwen et al., 2023), el artículo recoge un proceso de consenso global para definir ocho principios fundamentales que buscan reivindicar la soberanía de los conocimientos tradicionales y fomentar prácticas respetuosas e inclusivas en la investigación con plantas sagradas.
Los ocho principios éticos
Los principios delineados responden a la necesidad de reconocer la raíz indígena de muchas de las medicinas utilizadas hoy en la psiquiatría y las terapias psicodélicas, así como de restituir derechos, respetar la autonomía de los pueblos y garantizar que los beneficios de la industria psicodélica sean compartidos de manera justa. Estos principios son:
Reverencia: Reconocer la conexión sagrada de las medicinas con la Tierra y su rol en la cosmología indígena.
Respeto: Asegurar que las comunidades indígenas sean protagonistas en la conversación, evitando la apropiación de sus prácticas.
Responsabilidad: Establecer mecanismos que garanticen el consentimiento libre, previo e informado en la investigación y el uso de estas medicinas.
Relevancia: Incluir los saberes indígenas en la educación y la práctica de la medicina psicodélica desde sus propias epistemologías.
Regulación: Desarrollar marcos legales que protejan la propiedad intelectual indígena y eviten la explotación comercial de sus conocimientos.
Reparación: Redistribuir beneficios y compensar a las comunidades que han sido históricamente marginadas en la expansión de la industria psicodélica.
Restauración: Restablecer la autoridad indígena sobre sus prácticas de sanación y sus ecosistemas.
Reconciliación: Fomentar un diálogo intercultural genuino, donde la investigación psicodélica se oriente hacia la justicia y el respeto por los derechos indígenas.
El desafío ético y político
El artículo destaca que, pese a la creciente valorización de las medicinas enteógenas en la psiquiatría y la salud mental, los pueblos indígenas siguen siendo marginados en los espacios de toma de decisiones. Mientras que terapeutas y empresas occidentales pueden obtener ingresos exorbitantes por ceremonias y terapias, lxs sanadorxs indígenas muchas veces reciben apenas una fracción de esos ingresos, si es que no son excluidos del todo.
Asimismo, se advierte sobre la descontextualización de las medicinas ancestrales, que muchas veces son tratadas como meros compuestos químicos sin atender ni cuidar su dimensión espiritual y comunitaria. Esto conlleva una erosión de prácticas tradicionales, la sobreexplotación de especies vegetales y la mercantilización de rituales sagrados.
Una reflexión sobre el contexto peruano
En Perú, la Ayahuasca se ha convertido tanto en el símbolo central de la medicina ancestral amazónica, como en el epicentro de tensiones éticas y culturales. La creciente demanda internacional y el auge del turismo psicodélico han traído consigo problemas de apropiación cultural y explotación de saberes tradicionales. A menudo, la Ayahuasca es despojada de su contexto ritual y comunitario, reduciéndose a un producto para el mercado turístico y terapéutico, generando desequilibrios tanto económicos como culturales.
Esta situación evidencia la necesidad de aplicar principios éticos que reconozcan la centralidad de los pueblos indígenas en la preservación y uso de esta medicina. La reverencia y el respeto son fundamentales para garantizar que las comunidades amazónicas sean reconocidas como las guardianas legítimas de la Ayahuasca y sus rituales, asegurando que cualquier iniciativa de investigación o uso terapéutico se lleve a cabo bajo un marco de respeto por las tradiciones locales y con su consentimiento libre, previo e informado. Del mismo modo, la responsabilidad y la relevancia deben guiar el trabajo de las instituciones que investigan y utilizan la Ayahuasca, comprometiéndolas tando a incluir activamente a sanadorxs y líderes(as) comunitarios, como a valorar sus conocimientos no solo como datos científicos, sino como saberes con una profunda dimensión espiritual y social. Finalmente, la regulación y la reparación son urgentes para establecer marcos legales que protejan a las comunidades amazónicas, promoviendo una distribución equitativa de los beneficios derivados del uso de la Ayahuasca y mecanismos de reparación histórica frente a la explotación y descontextualización de estos saberes.
La experiencia peruana con la Ayahuasca pone en evidencia cómo la globalización de una medicina tradicional puede derivar en una doble pérdida: por un lado, la de los beneficios económicos y culturales para las comunidades indígenas, y por otro, la de la profundidad y el significado de la práctica ceremonial que se ve reducida a compuestos químicos sin el acompañamiento ritual que la enriquece.
Hacia un nuevo paradigma
El documento propone acciones concretas para promover un enfoque ético en la investigación y el uso de plantas sagradas, desde el fortalecimiento de marcos legales que garanticen la soberanía indígena sobre sus conocimientos, hasta la financiación de organismos indígenas que supervisen la investigación psicodélica.
En un contexto donde la globalización de la Ayahuasca y otras medicinas sigue expandiéndose, este artículo nos invita a reflexionar sobre el papel que deben jugar los pueblos indígenas en la gobernanza de sus propias prácticas medicinales. Como recalca el documento, sin una ética de reciprocidad y respeto, el auge psicodélico seguirá perpetuando formas de colonialismo y extractivismo epistémico.
En la Sociedad Peruana de Medicina Enteógena e Intercultural, reconocemos que la transformación hacia un modelo ético requiere, ante todo, el reconocimiento y la valoración de nuestras raíces ancestrales, impulsando una investigación y una práctica que honren la riqueza de la Ayahuasca en su contexto original. Para avanzar hacia una praxis más ética y justa en el uso de la Ayahuasca, es fundamental fomentar un diálogo abierto y participativo entre investigadores, gobiernos, empresas y comunidades indígenas. Solo así se podrán diseñar políticas que garanticen la soberanía cultural y la protección de los saberes ancestrales, permitiendo que la Ayahuasca siga siendo una medicina viviente y un puente entre la cosmovisión indígena y los nuevos enfoques terapéuticos.
Por: Alejandra Busalleu
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